0

Crecimos con un diagnóstico que nos precede y parece -casi- imposible de cambiar. Somos parte de un Continente mayoritariamente pobre, donde cada pocos años hay una crisis económica, un estallido que ocurre en cámara lenta y viene para dejar más familias bajo la linea de la pobreza.

La pobreza y la desigualdad en América Latina y el Caribe son caras de una misma moneda. El 10 por ciento mas rico de la población, concentra casi el 70 por ciento de la riqueza total. De esta manera, las carencias para ese restante 90 por ciento se registran no solo en la falta de ingresos sino también, en un plano multidimensional como la salud y la educación.

En consecuencia, la sociedad se polariza entre quienes pueden y quienes no pueden pagar. Literalmente se divide, ya que se dejan de ocupar espacios comunes y, se generan escenarios de servicios públicos para pobres y servicios privados para las clases adineradas.

Lo público entonces, es menospreciado y se llega a la idea de que los derechos como, la salud, educación, servicios básicos y seguridad social, son meros bienes sociales que deben pagarse para poder acceder a un servicio de calidad. Así, los derechos se privatizan y se entra en un ciclo sin fin donde el pobre muere endeudado y el rico dejando herencias.

Quizás, habrás notado que hay un actor fundamental que todavía no ha sido nombrado. El Estado, tiene muy mala fama en esta historia y es que la gran mayoría de latinoamericanos considera que la clase dirigente gobierna solo para unos pocos: ese 10 por ciento que concentra no solo la riqueza sino también el poder.

El vox populi siempre ha repetido cuan corruptos son los políticos y se ha quejado de las condiciones de desigualdad social pero nunca ha dejado de ser funcional a ese mismo sistema que critica. De esta manera, durante décadas ese 10 por ciento de la población ha influido de forma abusiva en los gobiernos y en el diseño de políticas con el objetivo de beneficiarse y acrecentar las desigualdades con esa mayoría restante.

La pregunta entonces es: ¿cómo revertir esta historia que nos precede y nos han pintado siempre como destino? ¿cómo equilibrar la balanza para así achicar las desigualdades sociales? y finalmente, ¿cómo hacer que un pueblo consiga salir de la pobreza en su conjunto?


La respuesta es simple, con educación. La palabra educar significa “sacar lo mejor que hay en el ser humano.” Educar no es añadir conocimientos ni adoctrinar, sino cultivar y desarrollar habilidades que tu ya tenías dentro.

Una educación pública y de calidad que democratice a los pueblos, que les de las herramientas para defender sus derechos, que los forme para construir el país que quieren tener y sobre todo, para delinear su propio destino.

Creemos que para saber como enfrentar la pobreza hay que estudiar también la riqueza. Desde aquí, entendemos a la riqueza como sinónimo de abundancia, desarrollo y posibilidad. Y es que el progreso de un pueblo en su conjunto, supone dejar de conformarse con migajas para participar en el proceso de toma de decisiones y pelear activamente por sus derechos.

El dinero sin educación, nunca conducirá al crecimiento continuo y duradero de un país sino que por el contrario, se malgastará y derrochará porque hemos aprendido que la pobreza es algo que se hereda de generación en generación y poco se puede hacer para cambiarlo.

La pobreza camuflada, la escasez como cultura y el conformismo tolerado solo pueden combatirse con educación.

Esto suena bien en la teoría, pero sabemos que a veces, llevarlo a la práctica resulta realmente un reto. Sobre todo cuando tienes que conciliar la vida laboral con el resto de las obligaciones diarias y encima sumarle estudios que requieran de tu tiempo, dinero y dedicación.

Teniendo en cuenta esto, nos parece fundamental nombrar plataformas educativas, como Coursera y edX que ofrecen cursos o especializaciones de prestigiosas universidades y de manera totalmente en línea y gratuita. Herramientas como estas, funcionan achicando las diferencias ya que, le brindan la posibilidad de capacitarse y compatibilizar sus horarios, a millones de personas.

¡Desde aquí, nuestro objetivo siempre será aportar para que la educación circule sin fronteras!


Fuente: eleternoestudiante.com

Publicar un comentario

 
Top